
La principal causa de esta dolencia es un ejercicio excesivo, el cual conlleva una sobrecarga del tendón haciendo que éste se inflame. Sin embargo, hay algunos factores que pueden contribuir a su aparición:
- Mala hidratación. Es necesario beber antes, después y durante el ejercicio, sobre todo si hace mucho calor o vemos que estamos perdiendo mucha agua. A partir de un determinado grado de deshidratación aumenta la probabilidad de lesiones en los músculos y tendones.
- Alimentación. Una alimentación demasiado ácida puede provocar problemas en los tendones.
- Cambio de calzado. Cuando estrenes unas nuevas zapatillas, acomódate a ellas poco a poco, tu cuerpo está acostumbrado a otro tipo de calzado y cambiarlo de golpe podría provocar una lesión.
- Lesiones anteriores. Una lesión mal curada, aunque pequeña, puede tener consecuencias negativas. Si sufres alguna lesión, espera a que ésta esté completamente sanada si no quieres tener problemas en el futuro.
- Calentamiento deficiente. Antes de realizar un ejercicio hay que preparar los músculos para enfrentarte a él, y una vez acabado hay que relajarlos. Debe ser un calentamiento progresivo y más largo cuánto más cansado se está.
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