O que puede tomarse los problemas con una óptica distinta. Todo disgusto produce unas emociones que causan efectos físicos como la tensión corporal, dolores de espalda o nerviosismo. En ese caso, cuidar del cuerpo supone empezar cuidando de la mente.
Consejos para que los disgustos no te afecten
1. En primer lugar, habla menos de tus problemas y dedica más tiempo a hablar de tus alegrías en tus planes con los amigos. Con frecuencia, camoes en el error de hacer lo contrario.
2. Compensa cada disgusto con una satisfacción. Por ello, cada vez que una preocupación te afecte recuerda que tienes un maravilloso día por delante porque tienes el placer de estar vivo para contemplar la maravilla de lo que te rodea.
3. Cuando una persona se disgusta tiende a centrarse en sí misma olvidando que existe un mundo a su alrededor. En ese caso, echa un vistazo a tu entorno más cercano y descubrirás que todo ser humano porta sus alegrías y sus tristezas en su corazón. Eso es la vida.
4. Para evitar que los disgustos afecten a tu salud es muy importante que aprendas a expresar en el momento oportuno todo aquello que te quedas guardado dentro. Por ejemplo, si te ha molestado una actitud en un amigo, en vez de callar y hacer como si no hubiera pasado nada, es mejor que expreses tu malestar.
5. Realiza ejercicios de relajación. Lo saludable es generar el hábito de realizar un ejercicio cada día antes de acostarte para conciliar el sueño cargado de buenos deseos.
6. Un abrazo es vital dada la importancia de tener contacto físico. Por ello, un abrazo también ayuda a reducir un disgusto.
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